Deus ex machina Motorbeach

Para asistir al Motorbeach  no hace falta mucho, como mínimo un bañador,  un saco de dormir y no olvidarse de ponerle unos huevos a las monjas Clarisas para asegurarnos la intercesión divina ante el anticiclón de las Azores. Pero si queremos impactar de veras y rodar por la alfombra roja del prao de la Espasa  deberemos de hilar fino y buscar inspiración en otra deidad más pagana y grasienta que habita en las antípodas. Este año se cumplen diez años desde que los australianos de Deus ex machina echaran a andar y en este tiempo han conseguido crear un emporio y expandirse a casi todo el mundo, con presencia en Tokio, Bali, Milán y Los Angeles. Moviendo los hilos se encuentran Dare Jennings, fundador de la marca de ropa australiana Mambo, y Rod Hunwick, empresario del mundo de la moto. Un revelador viaje de ambos a Japón en busca de la cultura clásica motera, que bebía de los años 50 para preparar sus motos, les hizo embarcarse en el proyecto Deus y acercar hasta Australia lo que habían visto allí. Ficharon al japonés Taka Aoyama para tener acceso directo a los productos custom japoneses y se pusieron manos a la obra. Para muchos son los verdaderos precusores del Garage Revival que lleva ya un par de años en constante ebullición y para lo que nos toca exponentes máximos del estilo del Surf&Ride.

Cafe Racer garage

Y esa conexión entre las motos y el surf siempre la han tenido Deus muy presente. Desde que sacaron sus primeras transformaciones sobre las bases más eclécticas de motos siempre han tenido en cuenta que la cabra tira al monte, y en este caso que la playa, y el surf, también forma parte de la diversión. Por eso muchos de sus motos montan tablas, con un accesorio diseñado por ellos (surf rack), para que llevar la tabla sea cuestión de darle un poco a la llave inglesa. De hecho resulta significativo que hasta la fecha pocos transformadores hayan recurrido al concepto desarrollado por Deus, que sepamos sólo tenemos noticias de motos con surf track por parte del asturiano Edu de Russel Mecánica y de los franceses de San Juan de Luz, Atellier 11. Hasta ahora, las motos y el surf tienen su punto de conexión, ambos mundos los mueven espíritus libres y si no aquí esta el MotorBeach para demostrarlo.

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