LA MALDITA BIKE

LA MALDITA BIKE ARTESANIA

 

Rezar malditos, rezar, por un mundo de hierros oxidados, donde el castigo sea efímero y el futuro incierto … (Poemario JT)

Los poetas malditos, encabezados por Charles Baudelaire, cultivaban un tipo de poesía que emanaba cierto aire gótico y donde existía una actitud fuertemente destructiva.

Maldita Bike, solo comparte género con la maldición, desde un prisma constructivo.

Pues de los cientos de hierros que acumulan óxido en las estanterías del taller,  estos pronto serán recuperados y formarán parte de la estructura de Maldita Bike.

Pues así, pronto renacerán piezas únicas, para crear con convicción, sus magníficas Food Bike, Chopper Bike o Carritos Bike.


 


EN EL CAMBIO ESTÁ LA EVOLUCIÓN

Donde unos ven destrucción y abandono, otros en cambio, ven oportunidades nuevas, ideas frescas y revolucionarias.

La Maldita Bike nace de la pasión por las dos ruedas, de un muchacho Alicantino que comparte taller de travesuras con su compañera Ella, que cambio su vida nómada por el mundo, por otra con más aristas.



Ángel Payá fundador CEO, diseñador y artesano de La Maldita Bike.

Compartía pasión, cuando era niño y cuarto de inventos junto con sus hermanos.

Y su padre Emilio El Parao mecánico de maquinaria, de profesión.

Mi primera bici fue una BH y ya con 9-10 años atravesaba con la radial los hierros de la BH, alargando la horquilla entre otras fechorías.

Digamos que este fue mi primer proyecto como constructor de bicis custom, sin vaticinar lo que vendría años después.

De cuatro hermanos, yo era el tercero y heredaba todo lo que mis hermanos me iban dejando en el transcurso de la vida.

Mi hermano, el pequeño; sin embargo, no corría tanta suerte, porque todo lo que caía en mis redes lo destrozaba para transformarlo.

Como la Rieju que herede de mi hermano o el Seat 127, el cual le cambié el motor y lo tapice en cuero blanco.

Al acabar los estudios trabajé como mecánico de maquinaria con mi padre Emilio El Parao.

Nos llamaban los paraos en el pueblo, porque realmente jamás estuvimos quietos.


Food Truck

PREMIOS Y MENCIONES

Más adelante, dada mi afición por las motos, hice una bicicleta pequeña Customizada para una buena amiga, mi primera bici Chopper.

Y fue tal el éxito de la misma, que montó un pequeño Stand en el campeonato nacional de bicis custom, animado por sus amigos y primeros clientes.

En aquella ocasión, La Maldita Bike en el año 2015, logro el 2.º premio al mejor constructor de Bici-chopper con la bici «Artefactory» en el Mimol Bike Show.

Le siguieron otros premios como en el Hula Rock en 2018 donde ganó el primer premio a la mejor Bici Custom.

Y dos años después obtuvo el 1.er premio a la mejor startup sostenible y proyecto emprendedor, rediseñando la marca Maldita Bike, en el certamen Petreemprende.



FILOSOFIA DE TRABAJO

«Nuestra filosofía parte de la reutilización de bicicletas, motos, sillas de ruedas o cualquier vehículo que puedas imaginar y convertirlos en Food Bikes, Carritos expositores, Patinetes, Bicis, Cargo, Bicichopper o Food Trucks»

Ha pasado de reparar motos, camperizar caravanas, muebles, coches y sus bicis de la infancia.

A reinventar el mundo de las bicis custom, otorgándole un grado más de dificultad a los proyectos.

Así como ayudando de forma directa, a la divulgación del mundo de la customización de bicicletas.


El limite esta en tu imaginación

En unos proyectos, en los que priman por encima de todo, la calidad y trato con sus clientes, el reciclaje.

La reutilización de materiales y por tanto, la sostenibilidad.

Haciendo de esta vida, una vida mejor para todos, en definitiva, convirtiendo su pasión en su profesión.

EL EQUIPO

Comparte cartel en este proyecto juntó con Ella Daniela.

Socia Directora de Comunicación & RRPP.

He pasado los últimos diez años viajando por el mundo, formándome profesionalmente en el mundo de la estrategia de ventas, márketing, comunicación y el mundo de la innovación.

Decidí volver para reencontrarme con mi familia y conocí el trabajo de Ángel Payá, del cual me enamoré de inmediato, fue un flechazo.


Ahora el equipo ha aumentado, mientras Ángel se encarga de la parte artesanal, en La Maldita Bike.

Ella, revoluciona la manera que tiene el público de conocer su labor en el mundo de las bicis custom.

Realzando las virtudes del trabajo de Ángel y haciéndole volar alto, para copar cumbres inalcanzables.

Un equipo redondo donde las aristas se pulen de igual forma, para rodar hacia un futuro, que a muy seguro estará cargado de oportunidades y sorpresas buenas.

He estado estas últimas semanas sintiendo como es trabajar en el taller, he aprendido a soldar y a pulir las bicicletas.

Creo que es la mejor forma de conocer de primera mano, que es lo que él siente al realizar su trabajo 100% artesano.



EL MINI DONUT

Serán los encargados de igual manera de realizar actividades para los más peques con el mini-donut.

Donde los niños, podrán disponer de 13 bicicletas preparadas sin pedales, para rodar sin rumbo y dejarse atrapar por el mundo Biker.

Donde todos disfrutareis de las opciones y diversión que aguarda en este 10.º Aniversario del Motorbeach Festival los días 13 al 16 de julio en la Comarca de Pinares (Vinuesa).


El Mini donut estará ubicado en la Zone-Babie del festival.

Los Locos de las Bicis

Los Locos de las Bicis y algo más

Hoy hablamos con Diego Ochoa, representante por sorteo forzoso de los Locos de las Bicis, y nos contará como es el devenir de este grupo de colegas amantes de las bicis chopper, entre otras cosas.

«Mi chiamo Diego Ochoa» lugarteniente del campamento base, «Los Locos de las Bicis» apodo que les hemos puesto, por imposición, porque se identifican con nuestro espíritu libre e inadaptado, tienen bicis y están locos,  así que blanco y en botella.

Podréis verlos en cualquier edición del Motorbeach festival, que haya tenido lugar en este planeta tierra, u otro planeta de la órbita espacial más cercana.

Ataviados con la etiqueta de la locura, Los Locos de las Bicis, no es un grupo al uso, es una sensación de que todo puede ir a mejor, si aportamos ese granito de enajenación como seña de identidad.

Reservando parcela en tierras Sorianas y acompañados de otros dementes como La Familia Survival  o los Ratts, compañeros de andanzas e historias para no dormir.

Se impregnan de fuego intenso, de cada hazaña narrada dentro del Motorbeach, adorando sus amasijos de formas y hierro forjado, para disfrutar gota a gota cada instante, como si no hubiera un mañana.


 


Se definen como los Gipsy del camping, y damos fe de ello que compartimos ceguera nocturna, de que así ha sido siempre. Pues en nuestro campamento, está permitido bailar sin remordimiento, la meditación pausada, si es que alguien te deja hacer tal cosa, beber hasta desfallecer, o desfallecer por beber.

Y pensareis, qué bonito debe de ser compartir dosis de esquizofrenia y saber que él lunes, todo volverá a la normalidad, en algún lugar del mundo, pero nunca en el nuestro.



El mundo a los ojos de un loco y sus secuaces.

Dicen tener locura transitoria, pero se respira en el ambiente otra cosa de mayor rango, por tanto os contaremos como  hacer de su receta, la nuestra.

Propongamos un juego simple, alguien te pide hacer una bicicleta, tienes muchas opciones abiertas ante ti, puedes hacer una bici convencional o hacer otra casa.

Bien, aquí entra «la locura» comprendida como un cambio radical, de tu forma de ver el mundo, de tu decisión de adaptarse a lo establecido o tomar otro camino por la tangente.

Y en este punto de tu vida, decides cambiar radicalmente la estructura de la bicicleta, he aquí la aportación desmedida de lo inhabitual.

Desde la elección del marco, los frenos, los neumáticos hasta los detalles decorativos, todo lo que tu cerebro te dicte, todo lo que sea estrambótico y a ras de suelo.


Si no roza no mola

Encogiendo las formas, ensanchando la horquilla, ruedas «gordas», manillares imposibles, un equilibrio sutil a escasos centímetros del suelo, pero realmente una obra maestra, salpicada de locura y algo de delirio.

Está seria sin duda la definición de locura transitoria, un cambio radical y efímero del momento vivido, un «algo para recordar» y un suspiro constante de un casi llego.

¿A dónde ?

¡Que más da!

La edición del Barro

Vamos a meter más ácido a esta receta milenaria, en la edición del BARRO, así denominada, por la cantidad de agua que no puedo absorber el suelo verde esmeralda del norte Asturiano.

Ocurrieron dos factores  tremendamente pesimistas, agua a raudales y motos por doquier, creando surcos allá donde te llevara la mirada.

Y ante tanto pesimismo de unos pocos y el entusiasmo de él resto, se decidió llevar a cabo, un experimento social irrepetible.


 

 


 

Aunque para unos estaba claro que anunciaba fracaso, los locos movimos tierra batida y llenamos el festival de katiuskas verdes para el disfrute y goce de todos los que allí nos encontrábamos.

Los locos de las bicis, hallaron el camino a la redención, y adjudicaron cánticos y rituales para que aquella noche, fuera recordada por siempre jamás.

Recordamos con mucha alegría, los tres días del barro, caminar era una osadía, incluso aún nos reímos solo de recordar que Rafa (producción) nos tuvo que rescatar con una pala excavadora.



Mi locura transitoria «Diego Ochoa»

«Hace cientos de años, cuando el hombre pisaba por primera vez la luna, comenzó mi locura con las motos custom, al ver que una de estas atrocidades bellas, asomaba la rueda desde el maletero de un coche»

Comenzó a investigar y encontró un foro nacional de bicis chopper, donde hoy día conserva grandes amistades, siendo esta afición parte fundamental de su vida.



Garage Rules, Monkey Roll Fest o  el Madriz Kustom-Monster Pedal, son algunos de los festivales de este estilo, que ha ayudado a poner en movimiento.

Lo que le dio pie, a organizar su propia fiesta chopper custom en su Rioja natal, el AIR OF THE RIVER, realizando dos ediciones en Logroño y una más en Murcia.

Un master del universo, de como juntar lo mejorcito en customizaciones en bicicleta, cargados de talento y ganas de pasarlo bien.

Hay dos cosas importantes en la vida de estos chi@s, las bicis y la birra y ellos tienen las tres.



Back Country Show

¿Y que narices es el Back Country Show ? Pues es una fiesta benéfica organizada, por la Asociación por la promoción de la cultura del skaeteboardin en La Rioja conocida como coloquialmente como la APCS.

En la que una vez al año Luis Pascual Domínguez (Coyote), un miembro más de los locos, abre las puertas de su rancho, a todo hijo de vecino, para acoger el Back Country Show.

Una fiesta familiar, tomando foco en el movimiento custom culture skate, motos chopper, american cars, el mundo tattoo y el barber shop.



Apoyando de igual manera al comercio local y bandas de rock and roll de la zona, el vino y la cerveza, están aseguradas y alguna que otra bizarrada, acompañan el devenir del festival.

¿Y si aunamos todas estas historias en una coctelera, que resultado obtenemos?

Pues aquí viene la cosa, el mundo del skateboarding, nace de la rebeldía de un grupo de surfers descontentos en los Estados Unidos de los años 60, cuando se les prohibió practicar su deporte en el mar, así que acondicionaron una tabla pequeña de surf, con las ruedas de unos patines clavadas a la tabla.

Algo que guardan en común los chicos de las Bicis, con los chicos del surf, es la rebeldía, esta es la respuesta correcta.

Ser rebelde no es bueno ni malo per sé, lo que se convierte en bueno o malo a ojos de otros, son las circunstancias que ocasionan esa rebeldía, pues si vives una situación de agobio, opresión o estrés,  revelarse no es bueno, sino necesario.

Nuestra conclusión

Los chicos de las Bicis se rebelan contra el mundo establecido, creando un aura de locura colectiva, contagiosa y tremendamente divertida, y ese espíritu que respiran lo trasmiten dentro y fuera del Motorbeach,  y es por eso que creemos que merecen ser conocidos.

He aquí al equipo de incondicionales del que podéis ser partícipes, en este 10º. Aniversario los días 13 al 16 de julio en la Comarca de Pinares (Vinuesa), porque contagiarse es gratis y necesario.

Asturias; Tober, Ana y Blanca.

Murcia; Paco y Pablo

Madrid; Arpy y Charly

Alicante; Abel, Ismael y Ángel.


On the road.